jueves, 28 de enero de 2010

¡Qué falta de respeto!



En una reunión, hace no mucho, de esas que terminan siendo toda una fiesta de simpleza y risas inexplicables, hasta con videos en Youtube, se organizó que cada quien llevara un platillo, o un complemento para preparar en el momento exquisitos sandwiches consistentes de varios ingredientes. La cena resultó un éxito, hubo bagels de diferentes sabores, si es que se les pueden llamar sabores, a veces todos me saben igual; salmón ahumado -uno de mis platillos favoritos del mundo-, jamón; de pierna y de pavo ahumado, quesos, un brie bastante insípido pero definitivamente comestible, otro que podía ser cualquier cosa entre manchego, gouda o chihuahua, bueno, no recuerdo la parte de los vegetales, y como aderezos, mostaza estilo americano -la amarilla, clásica, pastosa, la de hamburguesa, pues- y mayonesa light. Y todo iba muy bien hasta ahí. (Nada personal para la persona que la llevó) ¿Por qué? ¿Cuántas calorías "nos ahorramos"? ¿Tres, cinco, 10? ¿A cambio de qué? De sacrificar esa maravillosa combinación de yemas de huevo, aceite y jugo de limón -también mostaza dijón, si son ustedes muy exigentes- de excelente sabor y consistencia, por una cosa enfrascada con tapa azul, que sabe a mantequilla rancia y tiene la consistencia de gelatina a medio cuajar...puaj.
A lo que voy es, si eres una persona que toma refresco de dieta, margarina sin sal, sabor y chiste, la antes mencionada mayonesa light, cereales que no son más que granos de maíz aplastados, galletas y caramelos sugar free, café descafeinado, leche -yo no le llamo así-, deslactosada, ligera, de soya, es decir, cuajo de tofu, queso bajo en grasa, frutas secas en vez de Kisses de Hersheys, yoghurt vita, fibra, acti...la madre, que sabe a nada con Splenda, pasteles sin harina, ni azúcar ni chocolate y demás comida de hueva, te tengo una lista de soluciones: primera, no invites a nadie a casa; segunda, abstente de compartir todos esos alimentos artificiales, que seguro causan cáncer en vez de lonjas, ceguera en vez de barros, adelgazamiento de la sangre en vez de pesadez estomacal y demás síntomas comprobados, pero poco anunciados con nosotros, los gordos felices, y la gente que no engorda con nada, pero le gusta comer. Gracias.
A la inversa sería que yo llegara a casa de un diabético con un pastel de tres leches con cajeta de La Casita...qué poca madre, ¿no? Ahora imagínate que vas con tus Cocas light de dos litros a una casa y alguien se lo toma personal. Mejor, lleva un refresco de verdad, ya si eres muy de cocina, un agua fresca hecha con jamaica de verdad y azúcar, ese polvo blanco tan olvidado que no se inhala y se mezcla con una inmensa variedad de ingredientes para endulzarlos. De no estar conforme con ninguna de estas propuestas, hay otra alternativa: toma agua, H2O, agua simple, refrescante y natural, de esa que constituye el 75 por ciento del planeta en donde vivimos. Debería valerte madres si tus amigos-conocidos-colegas están concientes de sus respectivos consumos calóricos, nadie te pregunta cada cuanto te bañas -¿o sí?- ni de tus demás hábitos personales rutinarios.
Haz tu dieta propia y no molestes a los demás, deja de fumar sin un buffer que te apoye, sal a hacer ejercicio sin esperar que nadie te acompañe,
Lo peor que puede pasar es que como individuo le pierdas el gusto a la comida, comer químicos dietéticos es como decir: no gracias, no quiero sexo, me hace sudar. Chale, sal, ordena el platillo que se antoja más y aderézalo con aceite de oliva natural extra virgen, vinagre de vino tinto o blanco, sal, pimienta, hierbas, vegetales y dime que opinas. ¿La vida sabe mejor, no?
Si tu -cursi- propósito de año nuevo es verte mejor, primero adopta una buena actitud antes de llegar al espejo. Si tu disposición genética no se parece nada a Giselle Bundchen o a Gerard Butler, creéme, el yoghurt bajo en grasa no es la solución. Mejor comparte tu redondez y no tu actitud pseudo-me cuido-tengo complejos-lo hice también por tí, que no sirve para nada.
Ah sí, y lo más importante, tal vez la dieta no haya funcionado, tal vez todavía no llegas a la meta de bajar de peso, o tener mejor condición física o algo así, y no, no es culpa del Kit-Kat que te comiste el sábado pasado después de la torta de puesto, porque nada más fue una, no, es culpa de tu mayonesa light y Coca-Cola Zero que no has dejado de tomar. ¿Crees que engordas por comer queso? Deja el queso. Todo lo demás son chaquetas estomacales. Y por favor, cuando me quieras dar algo de comer, te prometo que prefiero comida de verdad, no me voy a ofender si no te estás preocupando por mi salud. Y cuando quieras llevar otro pseudo-postre a la cena, mejor anímate a llevar vasos, servilletas, platos y cubiertos deshechables, hazle un favor al mundo.

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