viernes, 28 de agosto de 2009

COARIME

La última vez que quise comentar en un blog, esta fue la palabra que tuve que escribir para que la computadora supiera que no soy una máquina repetidora automática que se quiere entrometer en la vida de los demás.
¿Cuántos passwords usamos? Ya sea en la vida real o en el mundo virtual, nuestras finanzas, comunicación con el exterior, entretenimiento mata-tiempo, páginas favoritas de pornografía, de cultura, de datos inútiles, dependen de un nombre de usuario, y una contraseña. Lo ideal sería usar siempre la misma, pero no se puede por dos razones: Nuestra mente paranoica no cree que somos blanco de una investigación de alguna agencia ultrasecreta que quiere saber que estamos haciendo en todo momento, y -mucho más real y sencilla- a veces, la página a la que me quiero registrar me exige que cualquiera de mis entradas forzosamente contenga dígitos y letras...y qué si mi contraseña es toda de números, o toda de letras, ah no, tengo que idear una nueva, recordarla, anotarla en un "lugar seguro", que la mayoría de las veces es el reverso de alguna tarjeta de presentación o un post-it que me regalaron en Liverpool, o peor...creo que la recordaré de memoria. Pobre de mi -nuestros- hamsters.
Una pequeña ventaja, es que al click de "olvidé mi password" la información nos llega al mail original desde el que nos suscribimos, pero, ¿por qué ellos sí pueden usar una máquina automática entrometida y yo no? Yo tengo que seguir escribiendo las ridículas palabras como: Wellis, nitetime, growled...etc., que me piden. Otra vez, ésto no es imposible de lograr, ya que la mayoría de los navegadores "recuerdan" las contraseñas por uno, lo que es un gran parote.
Pero en la vida real, la cosa no es así, antes, tenía que conocer una combinación de cuatro números: 1-2-3-4, y ya, tengo toda mi fortuna disponible por medio de un cajero automático, autobanco, ATM o como sea que lo conozcan. Hoy, son cuatro para mi NIP (x3 tarjetas), la del SKY, el token, la de Hacienda para las declaraciones, los candaditos de mis maletas, el ID del chat de Blackberry, el Xbox Live, el bloqueo del teléfono, el inicio de la compu, bueno, hasta hay Chevys en los que primero hay que teclear la combinación en el aparatito de la alarma antes de que encienda...chale. Ya no bastó con: abierto y cerrado. Mi RAM cada vez es más escaso, se que algún día olvidaré una por una, todas esas contraseñas, ya sean de cuatro o de 25 caracteres. Y claro, ese día, también habré olvidado en donde guardé el sobre del banco, la hoja del SAT, las tarjetitas de presentación cuyo reverso tienen anotadas varias contraseñas, mi super aparatito ultratecnológico de HSBC, el Master PIN de NEXTEL y demás recordatorios/cofres del tesoro para poder hacer mi vida "normal".
Pareciera, a veces, que todo el mundo se está "achilangando" ¿Cuándo fue la última vez que dejaste tu coche abierto, en un estacionamiento, digamos, el de casa? Pareciera que nuestras vidas secretas son cada vez más vulnerables a los ojos del mundo encabezados por los ociosos hackers. No creo, al menos yo, que soy un total "don nadie" estoy tranquilo que mis 20 varos de la tarjeta no le interesan a nadie, que mis mails son bastante aburridos para el 99 por ciento de la población mundial, que mi coche se ve tan puteado que nadie se lo quiere llevar, y que seguro todos los curiosos, han curioseado en las mismas páginas cagadas, porno, idiotas, informativas que yo, así que, ¿Para qué coños necesitan mi contraseña? Conozco varias personas que guardarían sus ideas bajo contraseña, y que cada noche podrían usar una clave algorítmica de cuantro dimensiones para cerrar la puerta de la recámara antes de dormir. No los entiendo, es cierto que cuando he manejado autos convertibles no es tan padre ir por la ciudad al descubierto, pero a mí, me molesta más el humo que voy fumando involuntariamente, a que me chinguen el reloj, por que no uso, y no por paranoico, si no por comodidad.
Tal vez comience un movimiento en el que si quieres hablar conmigo en la calle, me tengas que saludar primero con una palabra como COARIME, para saber que tus intenciones son simplemente curiosear y no entrometerte a mi vida privada y así despojarme de mis pertenencias, reales o virtuales.


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